Semana de protestas en Europa

Trabajadores y trabajadoras de Grecia, Francia, Bélgica y Reino Unido se han movilizado y convocado a paros debido a la preocupante crisis que atraviesan. Inflación, pérdida de poder adquisitivo, aumento del costo de vida.

Toda la región enfrenta un aumento exponencial en los costos de la energía en momentos en que se aproxima el invierno boreal, y convive además con una persistente inflación del 10%, en un cuadro explosivo que genera impaciencia y preocupación en la población.

Grecia

Grecia vivió este miércoles una de las mayores huelgas de los últimos años, un paro de 24 horas convocado por los sindicatos para exigir aumentos salariales “dignos” que ayuden a paliar la galopante inflación y que llevó a miles de personas a la calle a protestar contra el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis.

La huelga, convocada por los sindicatos de los sectores privado y público, GSEE y ADEDY, afectó sobre todo a los medios de transporte, las escuelas y la administración pública.

Atenas amaneció sin subtes, colectivos ni trolebuses, y tan solo están operando parcialmente los tranvías y los trenes de cercanías. Además, en el puerto del Pireo, junto a Atenas, no salió ningún barco ni ferri.

También hubo cancelaciones en buena parte de los vuelos nacionales operados desde el aeropuerto de Atenas y modificaciones en los trayectos internacionales, ya que al paro se sumaron los controladores aéreos.

La mayoría de los medios de comunicación dejaron de informar desde las cinco de la mañana hasta la misma hora del jueves, salvo para ofrecer boletines sobre el transcurso de la huelga o de la manifestación que se celebró en Atenas.

Miles de personas de todas las edades y profesiones se concentraron a media mañana en los puntos neurálgicos de Atenas, desde donde marcharon a la plaza de Syntagma, corazón de la capital y sede del Parlamento heleno.

La manifestación sirivió para denunciar las reformas en política laboral emprendidas por Mitsotakis desde que asumió el Gobierno en 2019, entre ellas restricciones en la posibilidad de convocar una huelga.

En su llamamiento, los sindicatos exigen claros aumentos salariales que permitan a los trabajadores “vivir con dignidad”.

Además, reclaman una bajada generalizada del impuesto sobre el valor añadido (IVA) que es uno de los más altos en Europa, con una tasa general del 24 % (13 % el reducido y 6 % el superreducido).

“Los trabajadores de nuestro país, tanto del sector público como del privado, luchamos contra la inflación que está estrangulando a hogares y ciudadanos… los trabajadores viven en una crisis permanente desde hace 12 años mientras la oligarquía económica aumenta su riqueza y sus ganancias”, reza el comunicado conjunto de las dos fuerzas sindicales.

Al igual que en otros países, Grecia está experimentando desde la primavera un fuerte repunte del Índice de Precios al Consumo (IPC), y en septiembre pasado la inflación superó el 12 %, en un país donde el poder adquisitivo todavía está lastrado por la larga crisis económica.

Según un reciente informe del Instituto Laboral de la Confederación General de Trabajadores Griegos (INE/GSEE), la combinación de subidas de precios y rentas muy bajas ha llevado a una pérdida del poder adquisitivo de los hogares con ingresos bajos hasta en un 40%.

El Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis ha aplicado una serie de medidas paliativas, como ayudas en la factura de la luz o la aplicación de techos flexibles en los precios de productos básicos, así como la subida del salario mínimo, pero los ciudadanos sienten que no alivian el problema.

Las medidas del Gobierno para contrarrestar la crisis no son suficientes, y la idea de poner un techo flexible a los productos básicos en los supermercados ha sido un “engaño”, la gente sigue sufriendo y además el país “está hundido en los escándalos”, dijo a EFE Elpida Myrila, profesora de guardería, durante la manifestación.

El salario mínimo interprofesional ha subido este año en dos ocasiones, y actualmente se encuentra en 713 euros brutos, un monto a todas luces insuficiente cuando el precio del litro de gasolina supera actualmente los dos euros y la factura de la luz se lleva el 6 % de los ingresos disponibles, a pesar de las rebajas estatales.

Los sindicatos han criticado además que hasta ahora no se haya aplicado la tasa prometida por Mitsotakis a las ganancias excesivas que han tenido las empresas energéticas por el aumento de precios, una medida que el Gobierno asegura se aplicará a partir del próximo mes.

A la protesta en Atenas se sumaron todos los partidos de la izquierda (Syriza; Pasok; MeRA25 y KKE) y sus respectivos líderes

Bélgica

Este miércoles, los sindicatos belgas convocaron a una huelga nacional para proteger el poder adquisitivo de los salarios, con suspensión del servicio de trenes y supermercados cerrados.

En el principal aeropuerto de la capital, Bruselas-Zaventem, 60% de los vuelos previstos han sido cancelados por la falta de personal en las plataformas operacionales.

En tanto, el aeropuerto de Charleroi (principal núcleo de la empresa Ryanair en el continente europeo) permanecía cerrado, con todos sus despegues cancelados.

La huelga nacional fue convocada por la mayor confederación sindical del país, la Federación General del Trabajo de Bélgica (FGTB, socialista), con apoyo de la Confederación de Sindicatos Cristianos (CSC).

François Reman, portavoz de la CSC, declaró que los sindicatos exigen «poder negociar aumentos salariales cuando sea posible».

En Bruselas, apenas una cuarta parte del servicio ferroviario estaba en funcionamiento el miércoles.

Reino Unido

Las enfermeras de todo el Reino Unido harán huelga este invierno por primera vez en la historia de su sindicato de 106 años. Como reveló el Royal College of Nursing el miércoles, los miembros de la mayoría de los empleadores del Servicio Nacional de Salud han apoyado la acción industrial «en su lucha por un salario justo y una dotación de personal segura».

“Se espera que la acción industrial comience antes de finales de este año, con planes y cronogramas más detallados anunciados en breve”, dijo el sindicato.

La huelga no afectará los servicios de emergencia ni las unidades de cuidados intensivos, pero se espera que afecte las citas médicas de rutina.

Las enfermeras están haciendo campaña por un aumento salarial del 5 % por encima de la inflación minorista, que supera el 12 % en medio de una crisis energética y del costo de vida que se ha visto exacerbada por las sanciones a Rusia y la disminución del suministro de energía ruso a Europa.

Según una estimación de The Guardian, el salario medio anual de las enfermeras de 35.680 libras (40.600 dólares) en términos reales es de 3.000 libras (3.400 dólares) menos que hace una década, debido a la inflación.

El secretario de Salud, Steve Barclay, expresó su decepción por la huelga planeada. Se dirigió a Twitter para ofrecer un recordatorio de que el gobierno ha dado a «más de un millón de trabajadores del NHS un aumento salarial de al menos £1,400 ($1,600) este año además de un aumento del 3% el año pasado». 

“Pero las demandas sindicales de un acuerdo salarial del 17,6% son alrededor de tres veces lo que normalmente recibirán millones de personas fuera del sector público y simplemente no son razonables ni asequibles”, enfatizó Barclay.

La secretaria de Educación Gillian Keegan, quien fue criticada a principios de este año por lucir un reloj Rolex de £10,000 ($11,400), agregó combustible a la amarga disputa.

Al comentar sobre los informes de que algunas enfermeras se ven obligadas a usar bancos de alimentos, Keegan le dijo a Sky News que tal cosa normalmente sucede cuando algo se rompe, «ya sea una relación o una caldera o cualquier cosa». Agregó que no ve “ningún sentido” en una huelga de enfermeras.

Los sindicatos respondieron furiosamente a estos comentarios.

“¿La Sra. Keegan cree que tenemos 135,000 vacantes en el NHS debido a rupturas? ¿O es el pago insuficiente sistemático de los profesionales de la salud?” Rachel Harrison, secretaria nacional del sindicato GMB, dijo.

Mientras tanto, los maestros en Escocia, Inglaterra y Gales también están considerando hacer huelga por las presiones del costo de vida.

El Banco de Inglaterra en su informe de noviembre describió las perspectivas de la economía del Reino Unido como «muy desafiantes» y predijo una recesión prolongada.

Francia

Sindicatos liderados por la Confederación General del Trabajo (CGT) llamaron a la huelga y a realizar manifestaciones interprofesionales, en un contexto de galopante inflación, la cual cerró octubre con una variación interanual superior al seis por ciento.

El paro y las movilizaciones siguen a los organizados el 18 y el 27 de octubre, cuando decenas de miles de personas reclamaron mejores salarios y prestaciones, y respaldaron una huelga en las refinerías que provocó el mes pasado penuria de combustible a nivel nacional.

Según la CGT, más de 150 manifestaciones tendrán lugar en París, Lyon, Marsella, Lille, Toulouse, Burdeos y otras ciudades.

Por Enric Bonet, periodista.

La circulación del metro de París prácticamente interrumpida. El funcionamiento de los transportes metropolitanos de la capital francesa se vio muy afectado este jueves por una huelga muy concurrida. Solo dos líneas de metro (las que disponen de un piloto robotizado) funcionaron con normalidad, mientras que en cinco, de un total de 16, no circuló ningún vagón y el resto solo en las horas punta, con importantes retrasos. Con este paro laboral, respaldado por todos los sindicatos, los trabajadores de la RATP exigen subidas salariales ante la inflación y mejoras de las condiciones de trabajo.

La huelga afectó de manera más que considerable la movilidad en París, una ciudad que acoge cada día a millones de trabajadores de su periferia. Esta mañana se formaron atascos en unos 334 kilómetros en la región parisina, mientras que en un día normal suele haberlos en 200 kilómetros. También hubo una gran concentración de pasajeros y vagones saturados en aquellas líneas de metro o trenes de cercanía que funcionaban, aunque con menor frecuencia.

«Solo hemos tenido un aumento del sueldo del 1,1% en todo este año a pesar de una fuerte inflación», de más del 7%, dijo para justificar esta movilización Vincent Gautheron, secretario de la CGT —segundo sindicato más importante de Francia— en la RATP, cuyo nuevo presidente es el ex primer ministro Jean Castex. El jefe del Gobierno hasta mayo de este año asumirá la semana que viene las riendas de la empresa de los transportes metropolitanos de París, reputada por la combatividad de sus trabajadores.

«Estamos preparados, estamos preparados para ello», respondió Arole Lamasse, secretario general de la UNSA entre los trabajadores de los transportes parisinos, tras ser preguntado sobre la posibilidad de que este paro de un día desemboque más adelante en uno de indefinido. Este jueves había cierto sentimiento de déjà vu en París. La movilización de los empleados de la RATP ya había sido la punta de lanza de las multitudinarias protestas contra la reforma de las pensiones a finales de 2019.

Aprovechando esta huelga de los conductores de metro y autobuses, la CGT convocó para este jueves una jornada de protestas y huelgas sectoriales en el conjunto del país. Sin embargo, el seguimiento en los otros sectores resultó mucho menor. Por ejemplo, la circulación de trenes casi no se vio alterada. Más de 150 manifestaciones se celebraron en el país vecino, aunque estas no tuvieron un gran seguimiento.

«La huelga en las refinerías —dejó sin combustible a un tercio de las gasolineras del país vecino— sirvió para poner en el centro del debate la cuestión de los salarios. Aunque la movilización de hoy no sea formidable, sirve para mantener la presión sobre el Gobierno«, sostiene Laurent Vinciguerra, un conductor de autobuses y militante de la CGT presente en la manifestación parisina, en declaraciones a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA.

En lugar de incentivar las subidas de sueldo, el Gobierno de Emmanuel Macron ha priorizado las medidas para limitar el incremento de los precios energéticos y la concesión de primas libres de impuestos por parte de las empresas, aunque la mayoría de ellas ni siquiera dan estas primas. «Los salarios se ganan todos los meses, representan cotizaciones sociales. Las primas solo son un trago de una vez», declaró Philippe Martinez, secretario general de la CGT, crítico con esta política del Ejecutivo centrista.

La de este jueves representa la cuarta jornada de protestas nacionales de los sindicatos desde la rentrée en septiembre. El 18 de octubre, unas 300.000 personas, según los sindicatos, se movilizaron en el conjunto de Francia. Unos niveles de movilización muy inferiores al más de un millón de personas que sacaron a la calle a finales de 2019, aunque fue una de las manifestaciones sindicales más importantes en el país vecino desde la pandemia.

Desde entonces, la CGT organizó una jornada de huelgas y manifestaciones el 27 de octubre y otra este jueves. Ambas tuvieron un seguimiento inferior al 18 de octubre. Pese a una inflación del 7,1% —y del 9,9% en el caso de los alimentos—, a los sindicatos franceses les está costando desbordar las calles, pese haber protagonizado exitosas huelgas en algunas empresas, como Total o Engie, con las que lograron subidas salariales significativas.

«Aunque hay motivos de sobra por los que protestar en Francia, las movilizaciones se han visto limitadas en algunos sectores, como las refinerías o la RATP», recuerda el politólogo Dominique Andolfatto, profesor en la Universidad de Borgoña y autor del libro Anatomie du syndicalisme. «De momento, estas protestas no tienen tanta fuerza como las de Reino Unido o Bélgica«, añade.

 

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