La Nueva Normalidad y su relación con el Nuevo Estado de Bienestar. ¡Crear uno, dos, tres muchos territorios de lucha!. ¡Crear muchas Plazas de la Dignidad!

Eduen Tapias.

La adopción de este nuevo término acuñado por la elite mundial, propagado a todo nivel y orden por los gobiernos y medios de comunicación del planeta, se refiere a la agenda cíclica, que la clase dominante tiene preparada, para continuar con el control de la ciudadanía del planeta. La clase dominante concibe y estampa su estrategia a seguir en una hoja de ruta adecuada a las condiciones y circunstancias del momento histórico con el propósito de que los humanos la aceptemos, la asumamos como natural y propia en todas las sociedades de la comunidad internacional. Todo esto a ritmo y melodía del “después del corona virus”.
La Nueva Normalidad es el elemento “nuevo” de la vida social, política y económica de nuestras sociedades, es el componente sine qua non actual más importante para el funcionamiento del Nuevo Orden Mundial. Es la adaptación del sistema capitalista a este tiempo histórico, que presenta un modelo a levantar más “humanizante”, caracterizado por el componente de “bienestar”. El capitalismo, para poder continuar con vida, plantea la construcción del “Estado de Bienestar”. Esto sin perjuicio a que se mantengan modelos excesivamente violentos en países en que los trabajadores y la ciudadanía tengan un elevado nivel de conciencia y presenten resistencia activa al nuevo modelo de estado bienestar, que suplantaría al fracasado modelo neoliberal.
La “Normalidad” de hoy es tan vieja y actual que continúa siendo el denominador común de los “Nuevos Ordenes Mundiales” que el capitalismo requiere. La “Nueva Normalidad” es la normalidad normal que el capitalismo adquiere y posee para lograr el objetivo de lucrar robando la riqueza creada por los trabajadores, para continuar parasitando a la humanidad y destruyendo al planeta. Y esta “Normalidad” aparte de ser un eufemismo es utilizada, para reiniciar el sistema y realizar el tránsito de un modelo a otro blindados por nuevas normas, reglas y leyes en la sociedad.
La Nueva Normalidad, como parte fundamental del Nuevo Orden Mundial, no espera al “vencedor” de la presente guerra por los mercados principalmente entre China y los EE. UU. El único y virtual vencedor de esta contienda es el capitalismo mismo. Quien sea el ganador de esta contienda, para los trabajadores del mundo sólo tendrá diferencias semánticas, lo esencial continuará acompañado de modelos que agobian a los trabajadores del planeta.

Esta forma de normalidad tiene décadas de preparación

El atentado o autoatentado a las torres gemelas en Nueva York del 11 de septiembre de 2001 es una acción clara de la preparación y continuación de la manipulación y de control de la población del planeta. Independientemente de que haya sido un auto atentado o no, la realidad indica que en ese momento fueron echadas las bases para controlar tanto de forma física como digital a la población mundial con el “pretexto” de prevenir nuevos atentados terroristas.
Lo importante no fue el mismo “atentado” sino lo que vino después: El MIEDO quirúrgicamente implantado en la población con las guerras de “baja y cualquier intensidad” contra el “terrorismo” en Afganistán, Irak y Siria y en cualquier parte del mundo con sus medidas coercitivas aplicadas, para mantener pasiva, ordenada y obediente a la población mundial. Todo esto en nombre de la democracia y la libertad, para privar justamente de “libertad” a la ciudadanía mundial.

El control y la continuidad del sistema

Hoy a casi dos décadas del presunto autoatentado de las torres gemelas nos encontramos bajo condiciones diferentes a las de entonces y manteniendo el objetivo impermutable de la clase dominante que es el Control y Dominación de la población mundial a través de la utilización de agendas y causas creadas o/y naturales, para lograr el efecto de tener más y más ganancias acumuladas en sus arcas, sin importarle las paupérrimas condiciones de vida de la clase trabajadora y tampoco el planeta.
El objetivo de control sobre la clase trabajadora y la explotación del trabajo es reforzado con modernas medidas coercitivas y actualizadas según los avances de la ciencia y tecnología en proporción directa con el nivel de conciencia y las luchas de los trabajadores en los diferentes países del mundo, para continuar haciendo valida la ecuación de:
Miedo + Coerción = Control Social
La suma del miedo, que desmoviliza, desorganiza, ralentiza o paraliza las luchas de la clase trabajadora y el pueblo, más las leyes dictadas por el estado burgués y la fuerza, empleando a policías y militares, para que las normas y reglas de la “Nueva Normalidad” sean aceptadas por la población, la elite dominante logra como resultado de esta suma el objetivo supremo de controlar a la clase trabajadora y toda la población. Esta fórmula a través de la historia ha entregado el resultado esperado por las clases dominantes en relación con el control y dominación de la clases oprimidas.
Hoy la burguesía hace todo lo posible y utiliza toda su fuerza e inteligencia, para acabar o liquidar cualquier movimiento u organización de la clase trabajadora y el pueblo, que ponga en peligro el estado de la clase opresora, ladrona y criminal.
Está a la vista que la clase capitalista utiliza el modelo político social que más le convenga para mantenerse en el poder y no le importa que sea nazismo, facismo, neoliberalismo o estado de bienestar mientras se mantenga en el poder y se mantenga como clase opresora. Así es que cuando las condiciones así lo requieren, como ahora en nuestro país, las fuerzas represivas hacen uso de todo su potencial en contra de los trabajadores y el pueblo. Esto de acuerdo con lo que ellos definan por necesidades de fuerza en la coyuntura. Hoy no nos bombardean, pero ya lo han hecho y no sería extraño que lo hagan de nuevo.

La Clase Trabajadora, el Pueblo y su lucha por una vida digna y mejor

El Estado capitalista aprovecha al coronavirus y la pandemia, para intensificar y extender formas más sofisticadas de represión que pueden entregar los avances de la ciencia y tecnología, aparte de la brutal represión que siempre han ejecutado, para controlar y reprimir a los trabajadores y población, empleando los ya conocidos rastreos de teléfonos inteligentes, de escuchas, ubicación, reconocimiento facial, cámaras de vigilancia en calles y edificios, drones, más un sinnúmeros de nuevas aplicaciones, para hacer seguimiento a los movimientos revolucionarios y organizaciones populares del pueblo.
Todo esto está siendo aplicado y continuará siendo ejecutado de forma normal después de la pandemia con sus escaladas y rebrotes del coronavirus u otro que aparezca dentro de la “Nueva Normalidad”.
Las Asambleas Territoriales son la organización, para lograr el objetivo de redactar la Nueva Constitución y al mismo tiempo son el germen del nuevo poder que emana de su democracia.
Justamente desde los territorios el Pueblo ya ejerce su Poder y comienza a forjar su vanguardia. Así, de forma natural desde los Territorios, de las mismas entrañas del pueblo nace la Fuerza Popular, que es la alternativa, para un nuevo, justo y mejor sistema social, político y económico para todos los chilenos.
Las formas de organización del pueblo en sus territorios hacen que al enemigo le sea cada vez más difícil la represión al estallido social que continua en su forma 2.0.
Cerraron Plaza de dignidad a fuerza de corona virus, toques de queda, cuarentena y toda la sarta de normas, reglas y leyes creadas por la clase política, para paralizar el movimiento social.
Lo que escapo a sus analistas, sociólogos, reprimilogos, “guerrerologos” y todo el equipo de sabelotodologos, fue a Ernesto Che Guevara, por supuesto dentro de los marcos de la realidad específica y particular de Chile. Seguramente lo leyeron y estudiaron, pero no lo entendieron, ni menos comprendieron la capacidad, fantasía e imaginación popular de adaptar la teoría y practicas revolucionaras a sus propias realidades.
La consigna de crear ¡uno dos tres muchos Vietnam!, no es solo válida para la lucha de los pueblos en contra del imperialismo a nivel de guerra popular y prolongada. Llevada esta estrategia a términos específicos, particulares y adaptados de forma concreta a un país, es también valida:
Crear uno, dos, tres muchos territorios de lucha

Crear uno, dos, tres muchos territorios de lucha, para terminar con el sistema neoliberal y su tirano también es válido. Hacer que la lucha del pueblo en contra de la tiranía sea la pesadilla de los ladrones y corruptos del gobierno, empresarios y clase política. Hacer de la lucha del pueblo, una lucha popular y prolongada en los términos de las ciudades, en los términos de un país.
Mientras más y muchos sean y se multipliquen los territorios y terrenos de lucha elegidos por el pueblo, se le hará más difícil e insostenible a las fuerzas represivas mantener la lucha en contra de las organizaciones populares. Tarde o temprano el tirano, sus lacayos y el sistema tendrán que sucumbir. Las posibilidades de triunfo que el Pueblo tiene por lograr la Asamblea Constituyente y redactar la Nueva Carta Magna, qué rija las normas y reglas a seguir de la ciudadanía son más claras y muy posibles de conseguir.
Las diversas formas de seguimiento y represión se minimizan cuando el pueblo se agiganta en sus territorios. La represión selectiva, dirigida a encarcelar, asesinar y/o desaparecer a dirigentes se le hace más difícil al estado y sus esbirros. Se le hace muy difícil a los órganos de inteligencia, infiltrar las organizaciones del pueblo, especialmente cuando son miles las Asambleas Territoriales y las Fuerzas Populares Autónomas en construcción.
Creyeron los criminales que cerrando la Plaza de la Dignidad esto se iba a acabar. Todo lo contrario, el Estallido viene más FUERTE y la consigna es:
¡Uno, dos, tres, crear muchas Plazas de la Dignidad!
¡Todos los territorios en lucha!

Solo los trabajadores y el pueblo unido y organizado en torno de un programa de lucha claro y conciso pueden lograr el objetivo principal, que es el de la Asamblea Constituyente para redactar una Nueva Constitución.

¡Crear uno, dos, tres muchos territorios de lucha!. ¡Crear muchas Plazas de la Dignidad!

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