La experiencia de la UTE (actual USACH) es una prueba de que existen otros mecanismos más justos para ingresar a la universidad sin la necesidad de rendir pruebas de selección

Elrodriguista. 06 enero 2020.

A propósito de las protestas de los jóvenes contra la PSU, en redes sociales hay esta información.

“En 1969, la Universidad Técnica del Estado (actual USACH) eliminó, por primera vez, la prueba de selección universitaria. Entonces, se indicó que era imposible que una prueba de ese tipo garantizara plenamente la calidad de la selección para el ingreso a la Universidad. Es más, se justificó que la prueba de aptitud dañaba a la educación media ya que provocaba una orientación total de las asignaturas hacia los exámenes estandarizados, desvirtuando la labor central de la educación y que es la formación integral de sus estudiantes. Asimismo, al interior de las clases dominantes surgieron (ya en esos años) un serie de instituciones privadas con el fin de ‘adiestrar’ a los candidatos, aumentando la inequidad entre clases.
El sistema de ingreso implementado por la UTE contaba con tres requisitos generales: 1. Promedio general de notas. Se consideraron todas las notas obtenidas durante los últimos tres años de estudio. El promedio tenía un valor del 30% del total de los aspectos ponderados; 2. Promedio de notas por áreas de asignaturas. Se consideraban los promedios obtenidos en las áreas que se relacionaban con las especialidades escogidas. Este ítem representaba el 40% del total; 3. Promedio de una asignatura específica. Se tomó en cuenta una asignatura considerada fundamental para la carrera elegida, teniendo un valor del 30% final. La UTE, además, desarrolló un sistema descentralizado de matrículas en todas sus sedes regionales, distribuyendo un ingreso del 70% a alumnos de la zona de origen y un 30% a quienes provenían de otras zonas.
Por último, los postulantes de la UTE eran distribuidos en dos grupos atendiendo a su origen escolar. Por ejemplo, las vacantes en Ingeniería de Ejecución se distribuyeron en un 50% a aspirantes provenientes de liceos, escuelas normales, institutos comerciales y escuelas técnicas femeninas, mientras que el otro 50% se destinaba a egresados de la enseñanza industrial. En el caso de las vacantes del Instituto Pedagógico Técnico, éstas se repartían en un 50% para la enseñanza técnica profesional y un 50% para la enseñanza científico humanista.

La experiencia de la UTE es una prueba de que existen otros mecanismos más justos para ingresar a la universidad sin la necesidad de rendir pruebas de selección. El problema de la PSU es un problema de privilegios que utiliza la clase dominante para mantener al pueblo alejado de las universidades públicas y tradicionales.”

Fuente: Facebook Owana Madera

 

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