La contienda por la vida es la lucha contra el sistema capitalista

La absurdidad e imprudencia del sistema capitalista en el que la humanidad está sumida desde mediados del siglo XVIII tiene al ser humano y a la vida tal cual la conocemos al filo de la extinción. Esto como resultado directo de la destrucción del medio ambiente, consecuencia de la inmediatez de la burguesía en su afán de obtener más riquezas sin importarles la vida en la Tierra, puesto que el capitalista produce sin tener en consideración el agotamiento y degradación de la naturaleza como recurso, ni siquiera para una potencial utilización por otros capitalistas.

Es insano pensar que pueda existir crecimiento económico infinito en un ambiente finito, como es el que existe en nuestro planeta y además es definitivamente de locos realizar el modo de producción basado en la ilimitación de los recursos del medio, siendo estos limitados. El modelo económico capitalista asume que es necesario aumentar la producción y aumentar el consumo, para así crecer a costa de la depredación de los recursos limitados que existen en la tierra. ¡Ese modelo depravado definitivamente no funciona! Y es porque la burguesía de naturaleza sustancialmente avara, disparatada y devastadora trae consigo la destrucción de sus fuentes de riqueza, que son la naturaleza y los seres humanos, que por consiguiente aniquila la vida tal cual la conocemos.

Como resultado de su actividad vorágine de explotación, desolación y exterminio, le tomó al capitalismo menos de 250 años en devastar el hábitat que alberga la vida en el mundo. Si la humanidad no detiene este macabro y vesánico festín, podremos sin lugar a duda antes de que este siglo finalice, contar los minutos que nos quedan bajo el sol.

Para contener este descalabro, la humanidad se ha encontrado en diferentes cumbres internacionales. En la Cumbre del Clima de Paris sobre el cambio climático los casi 200 países participantes adoptaron tomar medidas, para detener el calentamiento de la Tierra, originado por el ser humano con las emisiones de gases de efecto invernadero, acordaron hacer esfuerzos para que la temperatura del planeta se mantenga debajo de los 2,0 grados Celsius y limitarlo a 1,5 grados Celsius.

En la última Cumbre en Madrid en que países como China, EEUU, India y Rusia, responsables del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero, no aceptaron pactar un acuerdo, para reducir las emisiones de carbono y tampoco junto a otros países, permitieron la creación de un mercado común de carbono.

En la Cumbre de Chile-Madrid no se lograron los acuerdos esperados, y esta aparece ante el mundo como una cumbre insatisfactoria y débil, pintada de color fiasco y que justamente de así la pintan los medios de comunicación ante el mundo.

Claro está que para aquellos que quieren ver los acuerdos de la Cumbre de Paris hecho realidad es una decepción, …. pero esta verdad tiene dos caras y la otra es que los ricos acordaron acordar, no acordar nada que le incomode al capital, para que continúen haciéndose más ricos a costa de la naturaleza y los humanos. Es por eso tanto circo y tiras y aflojas, cuando se refiere a preservar la vida en el planeta.

100 empresas son responsables de más del 70% de las emisiones de gas de efecto invernadero en el planeta. Todas ellas residentes en países miembros del G20, tales como China, EEUU, Rusia, India, Brasil, México más otros. No es extraño entonces que observadores de la Cumbre en Madrid declararán, que Estados Unidos, Australia, Brasil, Arabia Saudita y las más importantes compañías de petróleo, gas y carbón en el mundo fueron responsables de bloquear los objetivos planteados por la Cumbre.

Los esmeros por convenir y lograr acuerdos que se respeten, para salvarnos de la catástrofe del cambio climático son débiles e insuficientes. Las organizaciones internacionales, sus cumbres y el Congreso de Chile se asemejan entre sí en su forma de funcionar y decidir. Se turnan para votar a favor o en contra, se abstienen si les conviene, se ponen de acuerdo, para dilatar delicados temas a decidir y lo hacen en concordancia a sus conveniencias e intereses económicos. Y todo conducido detrás de bambalinas principalmente por el poder económico que sustentan las grandes empresas mundiales de energía de carbón, gas y petróleo.

Sin necesariamente ser pitoniso, ni genio queda claro y a simple vista, que la implicación de los gobiernos de los países más poderosos del mundosobre el cambio climático, está bajo las órdenes del poder empresarial y sus intereses políticos y económicos.

Pero los gobiernos de esos países hacen gala de tremendos discursos y públicamente se pronuncian a favor de evitar que la temperatura global media del planeta no supere 1,5 grados Celsius en este siglo. ¡Un Circo más y esta vez a nivel global!

Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan en los 19 países más industrializados del mundo (G20). Tanto las naciones industrializadas como de economías emergentes no cumplen con los planes de acción climática acordados en la Cumbre de Paris.

Son solo unos pocos países firmantes de la Cumbre de Paris que están en camino de cumplir los acuerdos. Por consiguiente los objetivos de la Cumbre de Paris están lejos de ser cumplidos.

La temperatura global en el planeta continúa elevándose y las emanaciones de los gases de efecto invernadero, especialmente el anhídrido carbónico (CO2) aumenta. No hay señales de que la temperatura tenga una tendencia a bajar o mantenerse.

La clase dominante en su desesperación de que la humanidad imponga los acuerdos de la Cumbre de Paris trae al rescate a Bill Gates, su vocero más conocido, presentando ante el mundo el milagroso proyecto de “Tapar el Sol”. El proyecto de “Perturbación Controlada Estratosférica” de la Universidad de Harvard, que financia el magnate plantea esparcir en la atmosfera carbonato de calcio (Ca Co3) en forma de aerosol. La idea es que los rayos del sol se reflejen en él y de esa forma se compensen los efectos del cambio climático, supuestamente bajando así la temperatura en el planeta. ¡El héroe BillSupersoft llega justo a tiempo para salvarnos del cataclismo ecológico!

Solo que es una maniobra más de los ricos, que quieren que volteemos la vista al milagro de tapar el sol y nos olvidemos de los acuerdos de las Cumbres por el clima, para que ellos continúen emitiendo gases de efecto invernadero beneficiándose de la producción de la energía fósil.

El proyecto de “tapar el sol” podría ser entre otras cosas la llave que abra la caja de pandora, puesto que podrían surgir cambios radicales en el clima que ponen en situación de riesgo la agricultura y por ende la alimentación de la población.

En todo caso la Constitución de Chile y las de todos los países del mundo deben incluir como condición sine qua non el derecho a la vida y su defensa en el planeta.

¡Proletarios del mundo unámonos en la defensa de la vida en la Tierra!

Eduen Tapias

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