La batalla de la Plaza Dignidad, un relato desde dentro

Luis Vega González. 21 diciembre 2019.

20 de diciembre día 63 de la revuelta popular.  Anuncio del fin de las protestas por parte del intendente Felipe Guevara, para ello dispuso de mil policías y cerco la emblemática plaza en el corazón de Santiago.

Comienza el día con más de mil “pacos” de infantería, con  sus escudos, trajes blindados, gas pimienta, escopeteros de lanzagranadas, escopetas de pedigones, sus armas reglamentarias, cientos de motoristas, decenas de pacos montados a caballo, cientos de vehículos, patrulleras, furgones, micros adaptadas para transportar su tropa, y los infaltables zorrillos y guanacos lanzadores agua con gases y soda cautiva, todo acompañado de sus helicóptero y drones, es decir un monumental ejército para combatir la protesta social e impedir el ingreso a la Plaza Dignidad.

Se dispusieron  a cercar la plaza con vallas papales y el despliegue de sus pelotones copando los lugares estratégicos, así una vez más subestimaron al pueblo. Máquina de guerra contra convicción y determinación popular.

No fueron muchos los que hoy llegaron a la plaza en comparación a otras jornadas, porque la represión no los dejaba pasar,  pero la decisión estaba en el ambiente,  retomar el espacio era la consigna.

Miles dispersos y aparecían con pequeñas escaramuzas reprimidas con cientos de lacrimógenas, parecía que todo se iba a acabar como dice la canción,  a primera vista el plan del Intendente Guevara estaba dando resultados, se multiplicaban los enfrentamiento y cientos de lacrimógenas eran devueltas con astucia e inteligencia a las tropas de carabineros, seguido de lluvias de piedras haciendo que los pacos perdieran posiciones. Pero sucedió lo que no quería el intendente,  la plaza de la dignidad fue retomará a eso de las 19 hrs por el pueblo y, las vallas papales fueron puestas como barricadas, los pacos replegados hacía parque Bustamante y forestal, la música sonaba fuerte en el aire de la «radio plaza dignidad», la alegría estaba junto a la primera línea, y los más aguerridos  hijos de la revuelta popular continuaron luchando.

Costos… si, hubo,  los que cada jornada impone, una persona herida de gravedad triturada por dos zorrillos en una acción coordinada de la represión y muchos heridos.

El balance, la plaza retomada por unas horas, una moto de la represión lanzada al lecho del río, el intendente con su plan fracasado.

Muchos faltaron hoy, pero este día quedará en la historia como una gesta de David contra Goliath. Un ejército  preparado por 30 años de gobiernos llamados democráticos no pudo contra  un “pequeño” ejército de locos como diría nuestra poetisa Gabriele Mistral al escribir y apoyar al ejército de Augusto Cesar Sandino.

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