Argentina: Marcelo Feito, un hijo del 16 congreso (combatiente internacionalista caído en El Salvador)

Elrodriguista. 20 de septiembre.

Hasta nuestra redacción llego la siguiente nota.

“Marcelo Feito, un hijo del 16 congreso

El 16 de setiembre se cumplieron 33 años de la caída en combate en el Chalatenango, el Salvador, de nuestro camarada Marcelo Feito, el teniente Rodolfo, y como es de estilo  aparecen distintos tipos de recordatorio, voy a ejercer el derecho a la memoria,( dejando en claro que esta siempre se ejerce desde el presente y en continuo combate entre el olvido y el recuerdo), para pensar el vínculo con el camarada.

Creo que previo al 11 congreso de la Fede (1988) se hizo pública la caída en combate de Marcelo y su grado de teniente, en conferencia de prensa Patricio decía algo así: “como nos agreden queremos decir que en el Chalatenango cayó en combate nuestro camarada Marcelo Feito, teniente Rodolfo del Farabundo Martí para Liberación Nacional”.

Y quienes nos agredían: el gobierno de Alfonsín en primer lugar, quien había tomado el viraje partidario como una tarea de  alta responsabilidad política y nos atacó no sólo desde el famoso discurso de villa Regina , sino también a través del diario que ellos habían creado y financiado, el diario que la derecha le inventó a la izquierda, Pagina 12, donde se acusaba a Patricio y al partido de querer plantar palmeras en la avenida de Mayo, y un sinfín de ataques y ablandamientos a líneas de cuadros juveniles y no tanto. Fue un periodo donde los oportunistas, pusilánimes y mediocres nos daban la espalda, se hacían los distraídos, ante tantos ataques mediáticos, detrás de los insultos de los periodistas estrellas,  estaba  el dinero de la fundación Ford, tapadero de la CIA, que compró intelectuales, sociólogos, periodistas, para insultar a los revolucionarios más radicalizados. La trampa alfonsinista se montaba sobre el terror que había generado la dictadura y cualquier enfoque de revolución y socialismo era considerado por la socialdemocracia criolla como un acto de aventurerismo y funcional a  un golpe militar.

En el 11 Congreso  se cantaba: “con Marcelo en el corazón, amasijando yanquis en el Salvador, sin parar”, Pero la más coreada era: “no tenemos los fierros, no tenemos las balas, no tenemos milicos, no tenemos montada, si tenemos los huevos, si tenemos las ganas, la tenemos a Evita, lo tenemos a Guevara”. No teníamos nada, estábamos desarmados y expresábamos una profunda crisis de percepción, que desde la época del Frente del Pueblo (1985) alimentaba la ilusión de que el nacionalismo popular revolucionario, la teología de la liberación y el marxismo revolucionario, eran los tres torrentes  sobre los que se iban a construir el Frente de Liberación Nacional y Social, la historia rápidamente demostraría el error de considerar torrentes, lo que no eran ni un charquito.

Después vinieron las tres tesis del 17 congreso y el intento de hacer desaparecer hasta la membrecía del Partido Comunista, a caballo de la caída del socialismo llamado real y del muro de Berlín, la derrota en Nicaragua, el empate militar en el Salvador, se produce una acelerada pérdida del sentido de horizonte del viraje, que era la lucha por el poder, la necesidad de un partido revolucionario y la construcción del socialismo. El Frente Grande y el ventrilocuismo molecular de muchos cuadros de dirección que abandonaban nuestras filas, seducidos por el canto de sirena de la tercera vía, termino de cerrar el círculo de la claudicación. Entre la debacle del Frente Grande y la primera década del siglo XXI, sostener las banderas y las ideas revolucionarias se convirtió en una tarea  de pocos.

Los últimos diez años merecerían una descripción aparte, pero expresan la negación del viraje del 16 congreso y el retorno a lo más burdo de la política del Frente Democrático Nacional, la idea de apoyar lo bueno y criticar lo malo, convirtiéndose inexorablemente  en fuerza ortopédica de la gobernabilidad burguesa. Hoy se expresan lisonjas, babosas y melifluas, sobre las bondades del capitalismo menos malo,  y se da la paradoja perversa de que si el viraje partidario permitió caracterizar correctamente la democracia burguesa y eso nos posibilitó sortear la trampa alfonsinista, no ocurrió lo mismo con la trampa kirchnerista, que se mostro como heredera de la generación del 70, y no como lo que realmente fue, un producto de su derrota.

Las ideas principales del viraje partidario han ido desapareciendo  de la prensa, de los documentos, en los análisis, y  su mera enunciación es una invitación a ubicarlas en el basurero de la historia, en el lugar de los trastos viejos, pasados de moda, peor aún, pareciera que  le han extendido certificado de defunción. Marcelo y el viraje son dos caras de la misma moneda, negar a uno es desconocer al otro; es nuestro deber no solo no olvidarlos sino que sean inspiración y horizonte; si su orfandad  es  también la nuestra, la vigencia del ejemplo ético y político del teniente Rodolfo  y del viraje partidario en sus ideas principales, son más necesarios que nunca y la manera más adecuada de recuperar legitimas tradiciones revolucionarias y nuestra razón en la historia.

 Entre la intención y el resultado, entendido como dos extremos de un continuo, existe la dosis de incertidumbre implícita en una decisión política, la militancia revolucionaria ni pide ni brinda garantías ,se puede vencer y se puede ser derrotado, y hasta en el peor de estos escenarios, nuestra obligación sería dejar un mojón, una posta que sea tomada por otros combatientes y aún en esa circunstancia tan adversa podríamos afirmar como dice el poeta: “si desecha en menudos pedazos, llega a ser mi bandera algún día, nuestros muertos alzando los brazos, la sabrán defender todavía”, también ahí estará el legado ético- político de Marcelo Feito.

                                          ¡Honor y Gloria al camarada Marcelo Feito!

                                                    ¡Viva el viraje del 16 congreso!

                                   ¡Viva la Revolución y el Socialismo! “

 firma: Leo Juarez.

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