Patricio López: A un mes del estallido

Patricio López. Radio U de Chile.

Hoy se cumple un mes desde la explosión de aquel viernes que cambió para siempre la historia de Chile. Los libros consignarán cómo la corajuda acción de los estudiantes secundarios, quienes en nombre de sus padres, madres y abuelos se rebelaron contra el alza en el precio del transporte público, daría luego lugar a la que es probablemente la insurrección social más grande que haya visto nuestro país.

Lo que parecía una inorgánica y confusa expresión de malestar, evolucionó con sorpresiva rapidez y madurez hacia la convicción de que no se estaba peleando por nada sectorial, por ningún petitorio, sino por la transformación del modelo privatizador en uno más justo, más fraterno, donde nos encontremos en ciertos bienes comunes que nos permitan construir comunidad.

Esta reacción fue de la mano con el rápido desmoronamiento del Gobierno y de la figura presidencial, amén de la lentitud en responder a la contingencia, a una serie de errores no forzados y a las graves violaciones a los derechos humanos que han causado repudio nacional e internacional.

Es en este contexto de falta de conducción frente a una insurrección social que sigue firme,  que varios partidos políticos llegaron a un acuerdo con el objetivo de darle salida a la crisis. Luego de dado a conocer y como es habitual, la derecha se ordenó más rápido. Mientras José Antonio Kast anunció que su movimiento liderará la campaña por el No en el plebiscito, el Gobierno y sectores de Chile Vamos se pronunciaron en favor del Sí y de una convención mixta.

En los sectores progresistas, en cambio, reina la confusión. No está claro cuáles son los reales alcances del cuórum de 2/3 y la misma UDI ha contribuido a ello, al afirmar que en su consideración la falta de acuerdos en un punto específico haría prevalecer la Constitución de 1980. Los ánimos se han exacerbado entre quienes concurrieron a firmar el acuerdo y quienes no lo hicieron, lo cual se expresó ayer con la lamentable funa a la ex candidata presidencial Beatriz Sánchez y a un grupo de parlamentarias.

Tampoco existe claridad sobre cuáles serán las reales posibilidades del movimiento social de incidir si el sistema electoral para el cuerpo constituyente es el mismo que ha permitido la elección de esta clase política. Como sea, el acuerdo ha generado importantes apoyos y parece ser, independientemente de las opiniones, la salida a la crisis.

Al margen se quedaron algunos partidos políticos y Unidad Social, referente que agrupa a más de 100 organizaciones sociales, quienes repudiaron el acuerdo en su fondo pero especialmente en su forma, puesto que dejó afuera de la consulta y convocatoria a las organizaciones sociales que son las que efectivamente están en las calles. No es un punto menor la pregunta sobre quién es el sujeto político de esta circunstancia, especialmente en un contexto de descrédito de la institución del Parlamento y de las fuerzas políticas que lo integran.

Un último ingrediente: los manifestantes no se fueron a la casa y siguieron manifestándose en las calles vigorosamente durante las últimas horas. Para esta semana hay más convocatorias y como dijo alguien por ahí: no importa el día ni la hora a la que leas esto, hay convocatoria en la Plaza Italia. Frases como “nunca más sin nosotros” y “no queremos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema”, dejan de ser eslóganes y se transforman en la voluntad mayoritaria del pueblo.

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