139 años del asesinato de Tupac Amaru

Por Fernando Bossi

José Gabriel Condorcanqui Noguera era su verdadero nombre. Pero por Tupac Amaru lo conocerá más su pueblo y la historia. Su tatarabuela era hija del último Inca de Vilcabamba, Tupac Amaru, de ahí su nombre de guerra. Su antepasado había sido ahorcado y decapitado en el Cusco por desobedecer el mando de los conquistadores.

Comerciante próspero, cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, José Gabriel se había educado en el Convento de San Francisco de Borja. Dominaba el quechua, el castellano y el latín. Había leído los Comentarios Reales del Inca Garcilazo y la Biblia, como también textos de la ilustración que circulaban clandestinamente.

En 1780, junto a su esposa Micaela Bastida, conducirá la insurrección indígena y popular más importante del Siglo XVIII, principio de la ofensiva anticolonialista que décadas más tarde culminará en las independencias políticas de los diferentes países del sur del continente.

Si bien la base social del movimiento fue el pueblo indígena, su convocatoria incluía a mestizos, mulatos, negros y criollos pobres. Entre los puntos del programa figuraba la supresión de la mita en minas y obrajes, la liberación de los esclavos, la suspensión de los tributos indígenas, la eliminación de la encomienda.

Cien mil indígenas se levantaron en armas junto a Tupac Amaru y Micaela Bastidas, desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de los actuales Chile y Argentina, todos los Andes centrales se alzaron contra el poder colonialista. Sangarará, se llamó la batalla donde los insurrectos derrotaron al ejército colonialista, fue el momento culminante de la gesta. Pero la traición y la desunión pudieron más que la rebeldía y las ansias de justicia.

Los caciques Choquehuanca, Rosas, Pumacahua, entre otros, fueron los que aporta-ron los mayores contingentes indígenas a las fuerzas colonialistas. Desuniendo la causa popular, los traidores nativos le hicieron un enorme favor a las fuerzas opresoras. Tupac Amaru y parte de su estado mayor cayeron en manos de los españoles.

El castigo a los revolucionarios fue dantesco. El 18 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas de Cusco, Tupac Amaru, Micaela Bastidas, familiares de estos y sus principales jefes fueron ejecutados. A José Gabriel le cortaron la lengua y luego sufrió el martirio al ser atado por sus extremidades a cuatro caballos que empujaban hacia diferentes direcciones. Su cuerpo fue descuartizado y repartido en pedazos para ser exhibidos en los distintos pueblos donde se desarrolló la insurrección.

Dice el Mito de Inkarri (Inca Rey) que, abajo de la tierra, las partes del cuerpo del Inca sacrificado (el primero y segundo Tupac Amaru), se está reconstituyendo. Y que más temprano que tarde volverá a renacer desde la tierra para volver a luchar por la redención del indio y de los pueblos.

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