COVID-19: El Chileno egoísta neoliberal también existe

Eugenio Matta.

Son muchos años de neoliberalismo, son muchos años en que el sistema capitalista ha sembrado su semilla egoísta. Es el resultado de la llamada revolución de la dictadura, aquella que aplaude la derecha y a la que adhirió con gran entusiasmo la Concertación devenida luego en Nueva mayoría.

No es fácil y no será fácil des-construir una sociedad que tenía como centro, antes de la revuelta social de octubre, el consumo hedonista basado en un egoísmo extremo.

Siempre desde el mundo popular hemos resaltado la solidaridad que existe en el pueblo chileno, expresado en múltiples ejemplos de estos días, como son las ollas comunes; la canasta familiar de solidaridad; la ayuda a los abuelitos con problemas; las jóvenes que reparten panes entre los cesantes;  los “primera línea” que salen a limpiar la cuadra, la locomoción, el metro, etc. A ello se suma la labor heroica de los trabajadores de la salud que arriesgan su vida por salvar a otros. Es el “gen” solidario de la humanidad.

Pero por otro lado, también está lo más negativo de nosotros los humanos, aquel “gen” del egoísmo, tan afín al capitalismo, que se expresa de manera repulsiva en estos gobiernos y empresarios que privilegian los negocios por sobre la vida humana y junto con ellos en la sociedad están los que podríamos llamar sus afines, sus seguidores, los que por miedo o por ideología, sacan a relucir lo peor de la humanidad como los “cuicos” que salen a “contaminar” a los demás porque no soportan hacer “sacrificios” y se van a sus “segundas viviendas en la playa”; como los que hacen negociados en medio de la pandemia; como aquellos que hostigan a los trabajadores de la salud para que salgan de sus viviendas como es el caso de varios “condominios” en Santiago o de vecinos de Clínica Puerto Varas (sur de chile) que impiden que funcionarios de la salud se estacionen cerca de sus viviendas.

La élite de poder en Chile, los representantes del egoísmo extremo, ha usado el miedo social para su dominio político-militar y en ello han tenido un relativo éxito. Ellos son los representantes de lo peor de la humanidad, sus negociados son más importantes que la vida, claro la vida de los trabajadores, los de abajo, los sobrantes, la chusma, los poblacionales.

Esperemos que el despertar del 18 de octubre se imponga al final de este camino. La esperanza es el camino para vencer el miedo.

Rompamos el miedo, podemos hacerlo, con pequeños o grande gestos, ayuda a tus vecin@s, organiza un comprando juntos, participa en las ollas comunes, llévales comida a los que no tienen, sale a rayar, súmate a los caceroleos  o en tú casa pone un letrero por la libertad de los presos políticos.

Todos podemos y debemos hacer algo, que no nos gane el egoísmo.

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