A 32 años de la partida de Clotario Blest, líder histórico de las y los Trabajadores

Hoy se cumplen 32 años de la partida del dirigente histórico de las y los Trabajadores, Don Clotario Blest Riffo. Tuvo toda una vida ligada a la lucha y a la organización de la clase obrera. Fundador de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF),y de la propia Central Unica de Trabajadores (CUT), un seguidor rotundo del recordado Luis Emilio Recabarren y Teresa Flores.

En el plano político, un adulador de la unidad latinoamericana, un luchador antiimperialista, un amigo de las luchas anticoloniales como la Argelina , un denunciante de las Dictaduras que se estaban instalando de nuestra America entre las décadas del 60-70-80 del siglo pasado, sobre todo en nuestro país donde siempre visito a los presos políticos y trabajo con las agrupaciones de Derechos Humanos y la propia Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos que se reunían en su casa, durante la Dictadura de Pinochet .

La represión contra él siempre se hizo presente, los distintos gobiernos lo fueron apresando y llevándolo detenido, relegándolo a otras zonas del país, como tambien como recluso en la propia Penitenciaria De Santiago.

Dejamos un extracto de su vivencia en la Penitenciaría en el famoso «patio de los cogoteros» extraído del libro «La Antihistoria de un Luchador» de Monica Echeverria.

 

En 1962, Clotario Blest fue enviado a la cárcel pública y es recluido en el «patio de los cogoteros». Era conocido como la sección más peligrosa del recinto penal.

En el libro biográfico de Blest llamado «Antihistoria de un luchador» de Mónica Echeverría es Clotario quien comenta su experiencia:

«¿Es verdad don Clotario que por defender la revolución cubana a usted lo encerraron con los críminales más peligrosos?»

-«Sí, asi fue. El secretario del presidente Alessandri, hizo que me echaran a ese sitio, con la intención que me mataran. Cuando llegué vi todo tétrico. Al otro día, con gran sorpresa mía, se presentó el jefe de ellos y con amabilidad me trasladó a una celda única, donde dio instrucciones de que me llevaran comida y prohibio que se dijeran palabras groseras delante de mí»

«¿Como fue su relación con los cogoteros durante esos 15 días que permaneció allí?»

-«Me impresionó la calidad humana de esos hombres. Tuve largas conversaciones con ellos. ¿Por qué se habían convertidos en cogoteros? Ninguno de ellos había tenido hogar ni recibido afecto. Siempre desde chicos habian sido perseguidos, eran producto de la miseria. ¡Como culparlos! Cuando me presenté delante del juez Eyzaguirre le dije -Si hubiera sido uno de ellos habría sido mucho peor.- Durante todo el tiempo que estuve allí, nadie supo mí, ni siquiera el director de Gendarmería. Cuando se enteró, el mismo me trasladó a otra dependencia de la cárcel, al anexo Capuchinos. Entonces pasé a despedirme de mis compañeros y les pregunté -¿Por qué me han tratado así?. Me respondieron -Nosotros sabemos quien es usted y además nos ha enseñado que todos somos hermanos. Por eso lo hemos tratado como un hermano. ¡Que ejemplo recibí durante este tiempo!. El amor al prójimo lo aprendí en el patio de los cogoteros y no en las grandes doctrinas ni en los majestuosos palacios. En la cárcel comprobé que en todos los hombres, por mucho que hayan caído, existe una chispa noble que nadie sabe provechar. Fueron días amargos pero no guardo rencor a mis perseguidores

 

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